Una cabeza llena de recuerdos
domingos “melalcohólicos”,
resacas de otras playas
arena, naufragio, botellas, mensajes
hojas de árboles en otoño,
libros con hojas en cualquier estación
una ventana abierta
la memoria de tu sexo
desde arriba y desde abajo
la luz tenue de una habitación
las tardes en que se marcha un tren
tu sonrisa en el lago
mi cama y la música de Cinema Paradiso
el metro cuando te lleva a algún lugar
o a ninguna parte
las bicicletas, que no son solo para el verano
la soledad de un reloj sin pilas
lo inútil de las horas
tu vida
y la mía,
entre paréntesis.
domingos “melalcohólicos”,
resacas de otras playas
arena, naufragio, botellas, mensajes
hojas de árboles en otoño,
libros con hojas en cualquier estación
una ventana abierta
la memoria de tu sexo
desde arriba y desde abajo
la luz tenue de una habitación
las tardes en que se marcha un tren
tu sonrisa en el lago
mi cama y la música de Cinema Paradiso
el metro cuando te lleva a algún lugar
o a ninguna parte
las bicicletas, que no son solo para el verano
la soledad de un reloj sin pilas
lo inútil de las horas
tu vida
y la mía,
entre paréntesis.
Comentarios
por aquí, mañana de pijama, cerca de la estufa, preparando un desayuno tardío, y decidiendo qué libro empiezo mañana en el metro camino del trabajo.
Además, hoy me he 'encontrado' con Pedro Salinas, que hacía mucho que no releía, para oscilar entre vuestros versos.
Y qué puñeteros pueden llegar a ser los paréntesis...