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Mostrando entradas de marzo, 2006

La intrusa travesía

Hay un nuevo detective en la ciudad que dice ver otoños en primavera, que rebusca tras la verdad literaria, busca el más allá de las palabras y se inventa una batalla a la que nunca fue. Un refugio le espera en la casa serenada, descubridora de secretos donde se esconde el signo del infinito y la felicidad y una pintura convulsa lo dejara desnudo

The man who sold the world

El hombre que vendió el mundo no dio tiempo a que las llamas le iluminasen, no esperó la llegada de primavera, se refugió en las flores del mal de poetas malditos, virtió versos sobre copas de alcohol. El hombre que vendió el mundo se embriagó de desconfianza, se dejó comer por los lobos, se apostó el azar con el destino y puso fecha de caducidad a la vida

Son de Laguillo

...unas cuantas sesiones de cine me han hecho echar la vista atrás. Estoy seguro, que algún día, cuando deje Lyon, sentiré algo parecido a lo que escribí un día de verano cuando me marchaba de Sevilla. Sé que siempre voy a ser capaz de abrir puertas con la ayuda de la imaginación y que, siempre que pueda, lo traduciré en palabras... Hoy me tocó aterrizar en Sevilla solo. Se trató de una visita fugaz, efímera, sin tiempo para ver a nadie, pero no por ello sin tiempo para acordarme de muchas cosas, para fijarme en muchos lugares comunes y no comunes, compartidos o sin compartir. Sí, hoy estampé mi firma en un puñado de folios que aseguran oficialmente que Alfonso Carlos Cobo Espejo viajará con destino Lyon el próximo martes 6 de Septiembre. No me lo creo, pero cada vez esta más cerca esta aventura y es más real. Tengo miedo, la verdad. Para que voy a engañaros. Pero del miedo se aprende y del miedo uno se desprende. De paseo hacia el rectorado, mi memoria se acordó de mil recuerdos, de m

Carrusel de identidades

Huyeron de las escuelas de poetas se perdieron las cosechas de páginas selectas, cultivos de secano y hojas arrancadas. Ahora, vuelven al anochecer dos plegarias: la epopeya del ángel caído y la belleza imperfecta

Aprender a andar descalzo

Me parece estar en la vía de la nada, donde uno puede ser capaz de inventarse catástrofes evitables, donde uno se esconde en el repliegue del silencio, donde la luz se dobla. Mis historias se refugian en los sótanos de cuerpos perdidos, donde la razón de la desesperanza o el milagro del tiempo, me esperan. Cegueras, iluminaciones y tiros al aire. Ahora sólo quiero aprender a andar descalzo. PD: A los titulares del Babelia, atrapado por el insomnio

Tareas de la semana

Arreglar mi cuarto, y olvidarme de ti. Ir al banco, y olvidarme de ti. Sacar dinero, y olvidarme de ti. Comprar comida y gel de ducha, y olvidarme de ti. Ir a la facultad, y olvidarme de ti. Acostarme en mi cama, y olvidarme de ti ... y soñar, soñar sin ti

Le voyage

Hace unos meses viajamos juntos al espacio y hemos llegado muy lejos juntos. Fuimos astronautas enamorados en un país extranjero para los dos. Costumbres diferentes y formas distintas de entender las cosas, pero supimos abrigarnos y resguárdarnos del frío francés. Ahora, la nave en la que nos montamos parece que no quiere seguir acompañándonos y en el cohete del desamor nos convertimos en astronautas fugitivos que se separan antes de tiempo, por miedo, por inseguridades o quien sabe. El viaje por el espacio junto a ti no pudo ser mejor. Ahora floto perdido en la gravedad y no puedo poner los pies en la Tierra. Le voyage c´est fini