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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Ecuación de segundo grado (in) completa

Escuela en ruinas de la aldea de Canana, municipio de Camacupa. Angola, Octubre 2015. Foto: Alfon Cobo Una mañana de lluvia intermitente de octubre. Los estudiantes no están. No hay mesas. No hay sillas. Es la escuela. Vacía y triste. En la pizarra resiste todavía la última lección de Matemáticas. No se escucha a la maestra hablar entre las cuatro paredes de adobe. Tampoco el coro de voces infantiles. Solo a veces las gotas de lluvia sobre el techo de uralita rompen el silencio inmenso. PD: Visité la aldea de Canana el pasado mes de Octubre. La Administradora de Camacupa, municipio al que pertenece esta aldea, inauguraba allí una cantina que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, agricultores en su gran mayoría. Durante el acto de inauguración, un joven soba (autoridad tradicional angoleña) pidió la palabra. Le contó a la Administradora que la pequeña escuela de su aldea está a punto de caerse y que los niños no pueden ir a clase. E

Nhaneca

Chibia, provincia de Huila-Angola. Septiembre 2015. Foto: Alfon Cobo Vengo de una tribu blanca del sur de Europa, Nací al lado de un río que se llama Guadalquivir porque un día, de otro siglo, así lo quisieron nombrar los árabes. Ellas pertenecen a una tribu negra del sur de África, Nacieron cerca del río Cunene, entre Namibia y Angola. Desconozco quién puso ese nombre al río y por qué lo bautizó así. Ahora estamos juntos en un espacio pequeño de Chibia, una pequeña ciudad de la provincia de Huila. Ellas acaban de bailar. Yo acabo de sacar la cámara. Nos regalamos una colección de miradas extrañas y curiosas. Yo miro sus peinados, sus pechos desnudos y caídos, su ropa. Supongo que ellas miran mi piel blanca, mi barba, mi ropa. Les pregunto, con un gesto, si puedo disparar. Una de ellas me mira y sonríe. La tribu "Nhaneka" agrupa a un conjunto de etnias agropastoras del suroeste de Angola. Viven a lo largo del curso del río Cunene y la mayor

El Hotel Girao

Fachada del Hotel Girao. Cuito, Angola. Julio 2015. Foto: Alfon Cobo. Cada vez que pasaba frente al Hotel Girao me detenía a mirar sus heridas, me gustaba imaginar sus historias de antes, durante y después de la guerra, hacerme preguntas sobre las historias de vida y de muerte que sucedieron en sus habitaciones y desde sus habitaciones: secretos, amores, reuniones, infidelidades, soledad, crímenes, traiciones, encuentros, desencuentros… ¿cómo era la vida de los huéspedes y trabajadores del hotel en la antigua Silva Porto? ¿serían los trabajadores esclavos de los colonos portugueses? ¿o fueron felices y abrían con orgullo la puerta a los clientes del hotel? ¿y cuando estalló la guerra, qué pasó? ¿en qué momento fue tomado el hotel? ¿Por qué bando? ¿Quién asesinó desde sus ventanas? ¿Quién fue asesinado? Está claro que, durante la guerra, el horror y la muerte se quedaron con la mejor habitación, con las mejores vistas. Es probable que, tras la guerr