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Mostrando entradas de marzo, 2010

Plan

Voy a ir a una playa con los pies descalzos. Dormiré toda la noche en la orilla desafiando a las mareas. Prometo no ahogarme y guardarte mis secretos en varias caracolas para que tú, un día o una noche cualquiera, en otra latitud y con otra vida, los descubras con aroma a salitre y a oportunidad perdida. Aquí no acaba mi plan. Al despertar, recogeré, uno a uno, los granos de arena de la playa y me dedicaré a construir relojes para jugar con tu tiempo a mi antojo. Estás condenada a que flote en tu cabeza.

Y en tu cuerpo estalla una tormenta

He empezado con los huesos de tu espalda, y una blusa transparente que aprendo a desabrochar a cámara lenta, con una sola mano. Los otros cinco dedos se pierden en tu pelo y alrededores. Al mismo tiempo, mi boca convence a la tuya de que besarnos es un acierto. Tu cuello asiente, tu lengua actúa. Entonces, te recorro y en tu cuerpo estalla una tormenta: rayos, truenos, ¡primavera! Tus manos, muy celosas de las mías, viajan en ascensor arrasando a su paso cremalleras y botones. Al final, tú y yo desnudos en un espacio de libre circulación, riéndonos de las fronteras y del parte meteorológico.

Desaparecidos

Los busco esta noche, herido de incertidumbre. ¿Dónde están? ¿Se han ido? ¿O es que nunca vinieron? Tus labios, en paradero desconocido.

Pasatiempo

Quiero convertirme en tu pasatiempo, cocinarte una sopa de letras que te susurre domingo y parque, que te adivine abril repleto de besos y viajes. Quiero ser las palabras de tu crucigrama, vertical de ocho letras: c o m p a ñ í a horizontal de cinco: deseo. Quiero ser las combinaciones de tu sudoku y escribirte,con mis dedos, todas las soluciones en tu espalda suave, suave, muy suave. Yo ya me he autodefinido, ahora te toca a ti decidir si montas conmigo las piezas del puzzle y salimos juntos del laberinto porque todo esto que te escribo no es ningún juego.

(breve) Dedicatoria premonitoria

No sé cuando leerás esto porque es posible que aún no me conozcas y que yo no te haya visto nunca. En cualquier caso, el día que lo leas entenderás que lo escribí pensando en ti aquel año en que el invierno se enamoró de la lluvia.