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Mostrando entradas de enero, 2016

Los milagros

Frente a la panadería las mujeres venden aguacate al hombre blanco de barba y pelo largo que soy yo Piensan las mujeres que me parezco a Jesucristo, me lo dicen entre risas mientras colocan en una bolsa pequeña, transparente, azul y blanca los tres aguacates que voy a comprar para abrirlos después y untarlos en varios de bollos de pan que serán míos en breve por ciento cincuenta kwanzas Me digo a mí mismo que no soy ningún dios, que este lugar no entiende de milagros, que aquí la multiplicación de pan por pan casi siempre es cero y que la moneda con nombre de río de un país que llora oro negro no sabe convertirse en pez.

El náufrago fantasma

“La puerta del sueño parece cerrada para siempre” (Octavio Paz en “Las peras del olmo”) Náufrago fantasma, solo el olvido parece recordarte. Se ríe en tu cara la muerte dejándote vagar sin timón por esta vida que no es vida para ti. Equilibrista de la nada, apenas un hilo invisible te sostiene y maldito ese hilo, a la dignidad ajeno, que te mantiene en pie por las calles de Cuito. Un día tras otro es igual al siguiente en una espiral monótona, salvaje, diabólica. ¿Y la noche? La noche es siempre una parada de autobús abandonada donde ardes, sin que el fuego te queme, en el infierno que te habita.