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Mostrando entradas de febrero, 2010

Sombras, testigos y espías

Hermanos López Diéguez, Manuel Fuentes Bocanegra, Isaac Peral, José Laguillo, Louis Chazette, Jules Raulin, General Margallo, Saint-Denis, Jules Besme, Tablada o un alcalde y su hermano, un torero, un científico e inventor, un periodista, un arquitecto, un profesor universitario, un obispo parisino convertido en santo, un desconocido, un eco de un grupo musical. Aunque aparentemente sois sólo sustantivos propios y comunes separados por una conjunción disyuntiva y mezclados con artículos y comas, en realidad sois sombras, espías, testigos de mis tropiezos (con y sin cicatrices) de mis dudas (resueltas y no resueltas), de mis deseos (cumplidos y no cumplidos). Sois el pasado, el presente y el futuro. el pasado futuro, el futuro pasado, el presente presente. (26 años por estas calles, avenidas y plazas)

Ex-presión (también Libertad)

Que derriben las estatuas de dictadores ridículos, que sus calles se queden sin nombres - o mejor aún- que sus nombres se queden sin calles y sin memoria. Que se queden sus banderas sin escudos, sin colores sus banderas. Es tiempo de renombrar la ciudad, de enterrar la basura y de liberar a las gaviotas de la condena del vertedero. No más escombros en los parques. Que una estatua la levante un verso libre, que la gaviota no huela mal sino que huela a mar y que las calles se llamen azul, libélula,montaña o tú. Que seamos nosotros quienes decidamos si el callejón tiene o no salida sin miedos, sin vergüenzas, sin sinvergüenzas y con la imaginación por bandera.

Sal de Madrid

Las calles de la capital están saladas. El asfalto, las aceras, se cubren de pequeños granos blancos para combatir copos blancos anunciados en los mapas por los hombres del tiempo. Sal de Madrid, ¿serás una invitación discreta para que me marche de aquí?

Receta para un poema

Un domingo nublado, que sea febrero y tú estés lejos. Tres canciones de Norah Jones, con el volumen no muy alto, para que sepa a complicidad. Una cucharada de invierno, pero pequeña. Tus dos fotos preferidas y una pizca de melancolía. Remover todo suavemente en una cama. Y calentar, calentar a fuego lento debajo de las sábanas. Puede que veinte minutos basten, eso ya depende del gusto de cada cual. Luego, si te apetece, añadir recuerdos con sal y pasear por el Retiro. Importante: no mezclar con alcohol ni humo.