Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014

El incendio de una nube

¿Has visto alguna vez el incendio de una nube? Llamaron a los bomberos desde el cielo, pero su teléfono móvil estaba apagado. El fuego nos dejó la noche. (Madrid, un atardecer de este septiembre)

El mundo por Montera

A ras de asfalto se esconde una triste esperanza, la promesa de que su piel ya no pasaría más frío en aquellos países donde perdieron la luz. Se escaparon de demasiados mapas con ilusas ilusiones. Una huida para siempre. Ahora no es posible mirar atrás Han llegado aquí para deletrear de nuevo la palabra traición. Por la noche conjugan el verbo desengaño pegadas a un delgado árbol o a una farola podrida por la complicidad de la rutina que les condena. Qué larga debe ser su noche, cuánto ruido debe haber en cada segundo de su silencio. cuánto silencio deben buscar cuando no dejan de escuchar el ruido sucio del cuerpo desconocido. Cada madrugada los rascacielos son sus zapatos de tacón y el brillo de sus ojos es la niebla.

Tiempo

El tiempo ha de padecer insomnio, tiempo esclavizado que trabaja las 24 horas como aquellas tiendas que nunca apagan las luces por si alguna goma rota, por si algún antojo, por si el depósito del coche una noche de trayecto. No se detiene el tiempo, nunca es domingo ni festivo para el tiempo. No hay contratos a tiempo parcial para el tiempo. Si un reloj se rompe, se ríe el tiempo. Tanto tiempo tiene el tiempo que no tiene memoria y tropieza el tiempo otra vez con la misma piedra porque no se acuerda que ya pasó por allí, que ya pisó por allá y se cayó y otras veces calló el tiempo. No tiene nostalgia el tiempo por el paso del tiempo. Tiene prisa el tiempo. Ayy del tiempo cuando sin voz se queda Ayyy del tiempo cuando sin vos me quedo.