
A ti, que te llamas despertar
y aún no lo sabes.
Te sugiero
que compres el periódico
un viernes cualquiera.
Busca una página impar,
huye del color salmón
porque apesta a crisis
y tú no quieres seguir la corriente.
Evita el drama y la corrupción:
hay demasiada sangre amarilla
y ya bastante honor perdió Katharina Blum.
¿Me has encontrado?
¿Sí? Por fin, ya era hora:
Efectivamente, estoy ahí
en el tercer recuadro,
parte superior izquierda
disfrazado de anuncio por palabras:
"joven perdido suicida al verano
para encontrarse contigo este invierno".
No,
no seré yo quien gestione tu frío.
Son otros los servicios que presto:
yo arropo cuerpos desnudos
a plazo variable
y beso astrolabios,
los que ocultas cuando anocheces la entrepierna,
los que se abren si no me cruzo de brazos.
me ofrezco también a aprenderte de memoria
y a olvidarte si te canso.
Mientras algo de eso ocurre,
te propongo huidas temporales
de los mapas rutinarios,
martes con sabor a terrazas de verano
y cometas que no se dejan
sobornar por las tormentas.
Instrucciones de lectura: escuchar los primeros minutos de esta sugerente música que parece que gotea y acaricia al mismo tiempo.
Comentarios
Le falta música. Letra ya lo es.
Genial el poema, en serio. De esos que te despiertan un latido más fuerte de la cuenta y hasta te asustas y todo.
"me ofrezco también a aprenderte de memoria
y a olvidarte si te canso."
AFÚ...
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Juntos celebraremos esta fiesta el día que regrese. Cantaremos con Serrat "Hoy puede ser un gran día". Me lo planteo así. Un abrazo, papá.
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Emilio, agradezco tu comentario. Que cada cual le ponga su melodía y bailemos al ritmo que marca la madrugada en una cumbre. Abrazos
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Irene, celebro que te guste mi poema. Tus palabras me han llegado sinceras a estas tierras. Y las estimo y guardo como recuerdo. Un beso con acento vietnamita (ese, que nunca aprenderé a pronunciar bien)