Ir al contenido principal

"Busco cuerpo donde vivir"

A ti, que empiezas por donde acabas

Propongo habitar tu cuerpo,
ser el inquilino que se pierda
en todas tus habitaciones.

Quiero tus lugares con más luz,
las mejores vistas exteriores,
pero también tus rincones
más oscuros,
esos en los que poder perderse
en las tardes de invierno
-cuando es necesario entrar en calor-.

Propongo pagarte el alquiler
con besos, caricias,
con sábanas revueltas
y camas movedizas.

La fianza será mi complicidad,
vayan mis versos
como primera mensualidad.

Devuélveme una sonrisa
como acuse de recibo
y mañana mismo estaré en ti.

Comentarios

crisálida ha dicho que…
muy bonito,
como también el anterior
-mi silencio, tu nostalgia-
es muy grande
Sabela ha dicho que…
Precioso, una oportunidad inmobiliaria que no debes dejar escapar :)
Cuentista ha dicho que…
Me acordé de tí y me encuentro esta joya. Acabo de escribir poesía por primera vez en mucho tiempo. Y ahora me voy encantado a la cama. Un saludo

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.