Las calles de la capital
están saladas.
El asfalto, las aceras,
se cubren de pequeños granos blancos
para combatir copos blancos
anunciados en los mapas
por los hombres del tiempo.
Sal de Madrid,
¿serás una invitación discreta
para que me marche de aquí?
están saladas.
El asfalto, las aceras,
se cubren de pequeños granos blancos
para combatir copos blancos
anunciados en los mapas
por los hombres del tiempo.
Sal de Madrid,
¿serás una invitación discreta
para que me marche de aquí?
Comentarios
me gusta la ambivalencia. valencia... quizá me guste, pero no la conozco.