En el desierto de mis ideas espero un espejismo onírico que se contagie a mi realidad y me lleve a ti, a lo más profundo de tus huesos.
En la casa de mis abuelos se escondía el Nautilus. Recuerdo ahora, muchos años después, aquellas cintas Betamax y el viejo vídeo gracias al cual Omar Sharif aparecía en la pantalla del televisor convertido en el Capitán Nemo. Yo entonces no sabía quién era Omar Sharif, pero sí que alucinaba con las aventuras del Capitán Nemo sumergido en las profundidades del mar, al mando de aquel fantástico submarino. Sentía una mezcla de admiración, miedo y curiosidad hacia el personaje, hacia sus aventuras. Mejor dicho, eso es lo que creo hoy que sentía en aquel momento. La música inicial era hipnotizadora y ha llegado hoy con un billete de regreso a mi infancia. ¿Estaba ahí el espíritu de mi germen viajero? ¿En esa mezcla de curiosidad y cobardía? ¿En querer mirar y esconderse al mismo tiempo? La respuesta es, como la isla de Verne, misteriosa. Y me gustaría mucho conocerla, pero no me atrevo a responderla. https://www.youtube.com/watch?v=6jVEOlPVRWM
Comentarios
Hace mucho que no te dejas caer por los pliegues de mi pecho y mi pleura a olvidado estremecerse bajo tu recuerdo.
En el transcurso de un latido, has recorrido mi médula de punta a punta, anudándote a cada coyuntura que en un pasado fuera rozada por tus labios.
Has punzado un par de veces y después, lánguidamente te has deslizado al lugar que te pertenece. Mi piel te ha respondido desde su paralelismo, instintivamente orientado sus poros hacia la inmensidad, donde quieras hallarte.
Cuando me he apeado de la fugacidad de tu imagen, era ya tarde.
Un rincón de mis entrañas ha pestañeado. Tu ascua se ha removido y gracias a su efímera incandescencia, sonreí de haberte llorado.
mj