
Eran los años 60 y Françoise Hardy le puso voz a la amistad. El texto lo escribió Jean-Max Rivière y la música Gérard Bourgeois. Yo he descubierto la canción un poco más tarde, la tarde noche del 19 de diciembre y 40 años después de que se compusiese en el salón de mi casa en Córdoba. Era la banda sonora de una película franco-canadiense (Les invasions barbares). Desde hoy para mí la amistad tiene esta letra y se canta en francés:
Beaucoup de mes amis sont venus des nuages
Avec soleil et pluie comme simples bagages
Ils ont fait la saison des amitiés sincères
La plus belle saison des quatre de la terre
Ils ont cette douceur des plus beaux paysages
Et la fidélité des oiseaux de passage
Dans leur coeur est gravée une infinie tendresse
Mais parfois dans leurs yeux se glisse la tristesse
Alors, ils viennent se chauffer chez moi
Et toi aussi tu viendras
Tu pourras repartir au fin fond des nuages
Et de nouveau sourire à bien d'autres visages
Donner autour de toi un peu de ta tendresse
Lorsqu'un un autre voudra te cacher sa tristesse
Comme l'on ne sait pas ce que la vie nous donne
Il se peut qu'à mon tour je ne sois plus personne
S'il me reste un ami qui vraiment me comprenne
J'oublierai à la fois mes larmes et mes peines
Alors, peut-être je viendrai chez toi
Chauffer mon coeur à ton bois
Comentarios
Muchos de mis amigos han venido de la nubes
con sol y lluvia como único equipaje
han hecho de la estación de las amistades sinceras
la más bella estación de las cuatro de la tierra
Tienen esa dulzura de los más bellos paisajes
y la fidelidad de las aves migratorias
en sus corazones está grabada una infinita ternura
pero a veces en sus ojos se refleja la tristeza
Entonces, vienen al calor de mi casa
y tú también vendrás
Podrás volver a lo más profundo de las nubes
y de nuevo sonreír a muchos otros rostros
dar a tu alrededor un poco de tu ternura
cuando otro quiera ocultarte su tristeza
Como no sabemos lo que la vida nos depara
puede ser que a mi vez yo no sea nunca más alguien
si me queda un amigo que realmente me comprenda
olvidaré a la vez mis lágrimas y mis penas
Entonces, quizás vendré a tu casa
a calentar mi corazón con tu leña