Ir al contenido principal

Caprichoso

El lenguaje es caprichoso.
Solo un cambio
de vocal basta para
pasar de ser un tonto simple
a acariciarte la cara
o convertirme en una estatua humana
de un museo itinerante.
Puedo también ser la protagonista
de una novela de Michael Ende
o llorar para contradecir el refrán.
Mamo desde el principio.
Te lo dice un memo
con alma de mimo y
corazón de Momo
que vive atrapado en un Mumo.

El lenguaje es caprichoso. También el azar. Ambos me llevaron a "parir" este blog hace casi ya diez años, un 5 de febrero de 2005. Sirva este "juegopoema" como celebración de esta década llena de experiencias vitales transformadas en versos.

Comentarios

José Luis Martínez Clares ha dicho que…
No todos los días se cumplen diez años... quién los pillase. Felicidades.
Anónimo ha dicho que…
Qué bien juegas con el lenguaje, me saco el sombrero...
Yo voy a jugar solo con algunas de tus letras.
Alfon...
Cobo, Lobo, Robo, Sobo
Cabo, Cebo, Cubo,
Coco, Codo, Cojo, Colo,Como, Cono, Coño,Copo, Coro, Coso, Coto
Coba
Unknown ha dicho que…
José Luis, gracias por pasar por aquí y dejar tus amables palabras.

Anónimo. No sé quién eres, pero ponte el sombrero si donde habitas es invierno. Gracias por tus palabras.

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.