A ras de asfalto
se esconde una triste esperanza,
la promesa de que su piel
ya no pasaría más frío
en aquellos países
donde perdieron la luz.
Se escaparon de demasiados mapas
con ilusas ilusiones.
Una huida para siempre.
Ahora no es posible mirar atrás
Han llegado aquí para deletrear de nuevo
la palabra traición.
Por la noche conjugan el verbo desengaño
pegadas a un delgado árbol
o a una farola podrida por la complicidad
de la rutina que les condena.
Qué larga debe ser su noche,
cuánto ruido debe haber en cada segundo
de su silencio.
cuánto silencio deben buscar
cuando no dejan de escuchar el ruido
sucio del cuerpo desconocido.
Cada madrugada los rascacielos
son sus zapatos de tacón
y el brillo de sus ojos
es la niebla.
se esconde una triste esperanza,
la promesa de que su piel
ya no pasaría más frío
en aquellos países
donde perdieron la luz.
Se escaparon de demasiados mapas
con ilusas ilusiones.
Una huida para siempre.
Ahora no es posible mirar atrás
Han llegado aquí para deletrear de nuevo
la palabra traición.
Por la noche conjugan el verbo desengaño
pegadas a un delgado árbol
o a una farola podrida por la complicidad
de la rutina que les condena.
Qué larga debe ser su noche,
cuánto ruido debe haber en cada segundo
de su silencio.
cuánto silencio deben buscar
cuando no dejan de escuchar el ruido
sucio del cuerpo desconocido.
Cada madrugada los rascacielos
son sus zapatos de tacón
y el brillo de sus ojos
es la niebla.
Comentarios