Ir al contenido principal

Palabras a punto de estallar



paciencia.
(Del lat. patientĭa).
1. f. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
2. f. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas.
3. f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.
4. f. Lentitud para hacer algo.
5. f. Resalte inferior del asiento de una silla de coro, de modo que, levantado aquel, pueda servir de apoyo a quien está de pie.
6. f. Bollo redondo y muy pequeño hecho con harina, huevo, almendra y azúcar y cocido en el horno.
7. f. Tolerancia o consentimiento en mengua del honor.

prudencia.
(Del lat. prudentĭa).
1. f. Templanza, cautela, moderación.
2. f. Sensatez, buen juicio.
3. f. Rel. Una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello.

Nos están dando mala vida. La paciencia y la prudencia tienen un límite. Quema igual el hielo que el fuego. No hay una marca España. Hay muchas marcas en los ciudadanos. Muchas. Marcas que duelen. Marcas que indignan y preocupan a los que todavía no nos golpean directamente. ¿Quién grita ahora "yo soy español, español, español"?

http://www.cadenaser.com/espana/audios/tertulia-hora-25-2200-25/csrcsrpor/20130425csrcsrnac_59/Aes/

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
Pues parece ser que las iniciales de estas dos palabras están acabando con ellas (con sus conceptos): PP. Hay siglas que vienen de siglos. De muchos siglos atrás. De atraso, de ignorancia, de privilegios, de injusticia, de explotación, de señoritismo...

Un abrazo, Alf. Muy bueno tu diccionario ilustrado.
Unknown ha dicho que…
Gracias, papá. Es verdad lo de estas siglas. Se pueden formar muchas parejas letales juntando estas dos dichosas Pés.

La situación es dramática y sus respuestas y sus silencios son vomitivos.

Me ha indignado escuchar las declaraciones en la tertulia de Hora 25.

Me ha indignado no escuchar declaraciones en la tertulia de Hora 25.

Un abrazo, papá, de tu hijo que, en palabras de esa ministra irresponsable y cínica, al parecer, es "movilidad exterior".
Alberto Granados ha dicho que…
Otras palabras que, o bien van a reventar, o bien se están deshinchando como un globo pinchado: futuro, empleo digno, suedo decente, compromiso, optimismo, expectativas... Dan para un "criscionario" doliente del español.

Saludos,

AG
Anónimo ha dicho que…
Llego de la mano de Miguel.

Por lo visto, tú y yo coincidimos en que el uso de las definiciones "oficiales", no requieren de más comentarios...
Me gusta tu blog.

Saludos.

Entradas populares de este blog

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Facebook

Veo en un pequeño recuadro que ahora eres amiga de Brian y Marcella y que a las nueve de este otoño irás a beber melancolía de once grados con Luis. Descubro que te gusta pisar los charcos cuando llueve y que detestas los inviernos en abril. Aunque ya no hablo contigo, conozco tu ciudad actual y recuerdo cuál fue tu origen, que cumples años en diciembre y te gusta prender fuego al calendario si te arrastra la nostalgia en primavera. Últimamente has viajado a Lisboa, intuyo que te mecen los tranvías y te seducen los viejos cafés color sepia. Lo sé por tu fotografía en aquella calle de Bruselas, donde Magritte fumaba en pipa dorada. Sueles cambiar de cara a menudo, me divierten tus gafas de sol en noviembre y disfruto con tu colección de sonrisas o el último vestido azul que guardas en tu perfil. Vuelves a estar soltera, aunque te acompañan ciento veinte comentarios por debajo dándote ánimos y diciendo que él era un idiota. Aún tiritas cuando alguien te habla del pasado. Por eso has borr...

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.