Ir al contenido principal

La vida normal



Levantarse temprano,
poner la radio
y escuchar, al menos, una noticia buena.

Preparar el desayuno,
café con leche, tostadas
con aceite de oliva y un zumo.

Ducharse con agua caliente
si es invierno,
vestirse e ir a trabajar.

Mirarse en los espejos, en el metro
y en los retrovisores.
Seguir el movimiento de los parabrisas (si llueve).

Llegar al campo o a los ascensores,
decir buenos días a alguien
y hablar del tiempo.

Coger las herramientas, regar las flores,
escribir un informe, componer una canción,
grabar una película, diseñar una casa,
curar a un animal, enseñar una lección
arreglar una avería, defender a un inocente,
juzgar al delincuente, limpiar la calle,
recoger la basura, preparar los menús del día,
apagar un incendio, transportar personas,
transportar mercancías, escribir un libro,
publicar un libro, alcanzar un acuerdo,
vender tomates, abrir el quiosco,
desatascar las tuberías, salvar vidas.

Después, salir del campo o de los ascensores,
volver a casa y besar a los que quieres,
preguntar cómo te ha ido el día.

Salir a dar un paseo, ir al cine, leer,
viajar por los parques, cocinar,
escuchar música, jugar, leer.

Planear unas vacaciones. ¿un tren, un avión?
¿ver el mar? ¿asomarse desde una montaña?
Luego, dormir. Y soñar. ¿Por qué no soñar?

La gente honrada solo quería eso.
Era la vida normal.

PD: Suena Luciano Cilio, magnífico compositor italiano que he descubierto recientemente. Cilio nació en Nápoles y murió en Milán demasiado pronto, dos días antes de que yo naciera (un 21 de mayo, a la edad de 33 años). ¿Quién sabe qué acabó con su vida? Se suicidó.

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
Es muy bonito escribir sin metáforas: A los poetas se les ha olvidado. Para ellos escribir poesía es, por ejemplo, "escanciar la luna sobre un campo de amapolas azules hasta que despierten los mirlos". Y entonces, la mayoría de la gente te manda a la mierda.

Un abrazo, Alf, ¡y no tardes tanto en volver!
Emilio Calvo de Mora ha dicho que…
Hermoso. Cantabile incluso. Me ha puesto en marcha para salir a trabajar. Alegre. Con la poesía dentro, Alfonso. El primer poema de Ulises...
Carlos ha dicho que…
Hermoso. La vida, debería de ser así, sencilla y hermosa.
Unknown ha dicho que…
Lo bonito es encontrarte con las palabras de tu padre cuando vuelves del trabajo. Mi poesía es aprendiz y tengo al mejor maestro (en todos los sentidos) en casa.

Un abrazo, papá.

............................

Emilio. Cuánto me alegra que mis palabras te hayan alegrado. Bendita redundancia. Gracias por pasar por aquí, por tus comentarios recientes que animan al perezoso a volver a intentar inventarse algún poema.

..............................

Carlos. Gracias por bañarte en mis mares. Ojalá para ciertas cosas la vida deje de ser condicional.

Un abrazo
mati ha dicho que…
la gente honrada sólo quería eso..
que bonitos versos, reales, al alcance de la mano.. al salir de los campos o los ascensores!
me ha encantado, la música también, gran descubrimiento ..
un besazo

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.