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El silencio de octubre



El silencio de octubre
quiso decir muchas cosas
pronunció la palabra excusa,
y coqueteó con el abandono voluntario,
con la dejadez consentida.

El silencio de octubre
significó que hubo versos en otras paredes
distintas a estas,
que mis labios, que andaban en busca hace unos años,
hallaron la captura deseada.

El silencio de octubre
ocurrió porque está ella,
que secuestra el gris para colorearlo.
Lo hace cada día. Es un fenómeno cromático
que enamora. Casi tanto como sus labios.

El silencio de octubre
es música en bicicleta,
paseos de cine,
centrifugado
y pinzas de la ropa.

El silencio de octubre
es que el tiempo se congela
y el calendario, a modo de flecha,
señala cama, abrazo, beso
y así no hay Finlandia que cien años dure.

PD: En noviembre, sucede parecido a octubre, pero me reencuentro con estas paredes. Está feo que se queden amarillentas, sin una mano de escritura de vez en cuando.

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
Podríamos recurrir a Freud para psicoanalizar estos silencios. Según el célebre austriaco, la creación artística sería una forma de sublimación de la libido.

En este caso ha sido "sublimada" por otros cauces más naturales.

Abrazos.

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