Ir al contenido principal

"Muñeco ruso"


Mi originalidad reside
en que estoy hueco por dentro.

Cada vez me hago más pequeño,
hay un yo menor dentro de mí
y dentro de ese yo hay otro,
más pequeño aún
que se esconde a su vez en otro yo,
eco ya lejano del primer yo,
que sigo siendo yo, pero más grande
y más hueco.

Soy impar,
lunático en cuarto menguante,
aspirina efervescente,
vapor de agua,
principio con final,
cuento chino,
gris marengo.

Apaga el alud,
Corten.

Suena "La Balada de Neus" (Kraked Unit), de la BSO de "Les poupées russes" (metamorfosis de Erasmus a... ¿qué?, como los protagonistas de la segunda parte de "L´auberge espagnole")

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
a mi me gusta descubrir qué hay dentro de cada muñeca rusa tuya, porque es mejor que ir en montaña rusa, y no suena a hueco sino a eco :) Un beso geográfico
Mª Carmen Miroir ha dicho que…
Cada vez te haces más grande. Y dentro de este poema, hay otro, y en éste, otro más; y así sucesivamente...

Besos
Unknown ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown ha dicho que…
Con los anónimos me siento como una especie de ciego con lazarillo. Puedo intuir quiénes sois, pero no logro veros con claridad. En cualquier caso, me alegro de que viajes conmigo, se con muñecas o en montañas. Besos en tus mapas.

.............................

Mami, muchas gracias por tu comentario. Y, sí, cada vez más grande (pero de edad). Tan joven y tan viejo, que cantaría Sabina. Un beso enorme
Marinus. ha dicho que…
Todos acabamos siendo un tanto impares, al fin y al cabo.
Me gusta este blog, Odiseo.
Unknown ha dicho que…
Marinus, me alegra verte en estos mares con ese nombre tan apropiado para navegar por ellos. Somos impares hechos de partes pares e impares. Imperfectos, al fin y al cabo. Esa es la gracia de este cuento: la imperfección.

Un abrazo y gracias por pasar por aquí. Espero lo sigas haciendo de vez en cuando.

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.