Ir al contenido principal

Mis versos en tu arena



Intuirás
el rastro de un poema
que llega sereno
desde esta playa
a tu orilla.

Vendrá luego la marea
a querer borrarlo
todo.

No podrá.

Siempre quedará
tu ausencia.

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
La ausencia es una forma de presencia: Ocupa un espacio en el alma. También, cuando no queda nada, queda "la nada" que es inmensa y ocupa todo el espacio y todo el tiempo.
QuietBrown ha dicho que…
Que escribas menos no hace que me gusten menos los versos. Pero escribe más, anda =)
Anónimo ha dicho que…
Antes de que se me olvide, aunque no tenga nada que ver:

Assumiràs la veu d’un poble
i serà la veu del teu poble
i seràs, per a sempre, poble,
i patiràs i esperaràs,
i aniràs sempre entre la pols,
et seguirà una polseguera.
I tindràs fam i tindràs sed,
no podràs escriure els poemes
i callaràs tota la nit
mentre dormen les tues gents,
i tu sols estaràs despert,
i tu estaràs despert per tots.
No t’han parit per a dormir:
et pariren per a vetlar
en la llarga nit del teu poble.
Tu seràs la paraula viva,
la paraula viva i amarga.
Ja no existiran les paraules
sinó l’home assumint la pena
del seu poble, i és un silenci.
Deixaràs de comptar les sil.labes,
de fer-te el nus de la corbata:
seràs un poble, caminant
entre una amarga polseguera,
vida amunt i nacions amunt,
una enaltida condició.
No tot serà, però, silenci.
Car diràs la paraula justa,
la diràs en el moment just.
No diràs la teua paraula
amb voluntat d’antologia,
car la diràs honestament,
iradament, sense pensar
en ninguna posteritat
com no sia la del teu poble.
Potser et maten o potser
s’en riguen, potser et delaten;
tot això són banalitats.
Allò que val és la consciència
de no ser res sinó s’és poble.
I tu, greument, has escollit.
Després del teu silenci estricte,
camines decididament.
Vicent Andrés Estellés
Jorge Gutiérrez ha dicho que…
Qué grande, Pati. Se te echa de menos en esta orilla del planeta. Un abrazo
Unknown ha dicho que…
Gracias por tu comentario, amigo algecireño de altos vuelos. Un abrazo grande, desde esta otra orilla.

Entradas populares de este blog

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Facebook

Veo en un pequeño recuadro que ahora eres amiga de Brian y Marcella y que a las nueve de este otoño irás a beber melancolía de once grados con Luis. Descubro que te gusta pisar los charcos cuando llueve y que detestas los inviernos en abril. Aunque ya no hablo contigo, conozco tu ciudad actual y recuerdo cuál fue tu origen, que cumples años en diciembre y te gusta prender fuego al calendario si te arrastra la nostalgia en primavera. Últimamente has viajado a Lisboa, intuyo que te mecen los tranvías y te seducen los viejos cafés color sepia. Lo sé por tu fotografía en aquella calle de Bruselas, donde Magritte fumaba en pipa dorada. Sueles cambiar de cara a menudo, me divierten tus gafas de sol en noviembre y disfruto con tu colección de sonrisas o el último vestido azul que guardas en tu perfil. Vuelves a estar soltera, aunque te acompañan ciento veinte comentarios por debajo dándote ánimos y diciendo que él era un idiota. Aún tiritas cuando alguien te habla del pasado. Por eso has borr...

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.