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Volver a empezar

Instrucciones de lectura: este texto sólo puede leerse escuchando simultáneamente la canción "Canon" de Johann Pachelbel.

La música del violín consiguió aislarme de la avalancha de gente que invadía -como hormigas hambrientas- los túneles del metro. Iban a Sol, a arder con el fuego que desprenden las Visas y las 4B. Yo, seguramente, era una hormiga más dispuesta a quemarme. El violín lo tocaba un anciano. Acariciaba el instrumento. Lo amaba. Se podía intuir en sus ojos y en cómo movía su cuello y sus brazos al tocarlo. A su lado, había una anciana. Sentada en un arriesgado taburete, ella acariciaba al anciano. Lo amaba. Lo tocaba -sin tocarlo- con una sonrisa de fidelidad muy bien afinada.

Todo esto ocurrió en apenas un minuto. Luego, volver a empezar.

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
Directo al corazón, mon fils: Touché!

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