
Hoy, que ya no gano ni al parchís,
ni tiro porque me toca,
me pregunto qué caras no descartaste
de tu quién es quién.
De puente a puente
te llevó la corriente
y ahora navegas por otros tableros.
Nunca tuviste miedo a tirar los dados
y a sacar tres veces seis.
Otros puntos de partida,
otras casillas donde
perderte y encontrarte.
A mí me dejaste a medias,
y en el Trivial aún sigo sin acertar
el queso azul que me diga
dónde juegas ahora.
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