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La habitación


La habitación no era muy grande, pero tenía una litera extraña, más grande de lo habitual. Tanto en la parte de arriba como en la de abajo podían dormir dos personas sin estar apretadas. O apretadas. Eso ya depende de las personas que allí durmieran. Tenía una ventana. Una ventana antigua, propia de las viejas viviendas de aquella ciudad francesa. Daba a un pequeño patio interior. Cuando la abrías, chirriaba. Enfrente había otra ventana. En ocasiones,se asomaba a ella un espía inesperado. Era un pequeño gato que, aunque parecía inofensivo, parecía que quisiera controlar cada uno de nuestros movimientos. Pero volvamos dentro. La habitación tenía un armario (lleno ya de su ropa)y un escritorio (lleno ya de sus cosas, lleno ya de mis cosas). También había un pequeño espejo. Me gustaba su reflejo. Podía verla dos veces. La pared se llenó de postales. Un día, era ya verano, se despegaron algunas y cayeron al suelo. Pocos días después, la habitación se quedó vacía; y su ventana, cerrada. Sólo quedan dos cosas en la habitación: el eco y el aroma de sábanas manchadas de amor.

Comentarios

Beluka ha dicho que…
Qué tal te trata la france? No te dejan actualizar? A mí creo que me dejarán. Eres afortunado no yendo a la presentación... tómate una a nuestra salud, nos tomaremos una a la tuya ;)
Besiños!

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