Ir al contenido principal

En la parte trasera

Qué hay detrás del giro de una estrella:
quizás el pensamiento del otro,
de ese que está lejos

Qué hay detrás del espejo roto:
quizás siguen los aleteos de una mariposa
que resiste a la primavera

Qué hay detrás de esas cuatro paredes:
quizás tú espíritu
y la lava blanca del volcán

Qué hay detrás de tu sonrisa:
quizás se esconde el tamaño del mundo
que cabe en tu pequeño bote de perfume

Comentarios

Maru Serrano ha dicho que…
Me encanta Son de Mar. Un pedazo de libro y de historia. Me ha dao alegría ver que tu blog se llamaba así. Saludos de una compi de facultad.
Anónimo ha dicho que…
Esta entrada me pareció la más idónea, quizá por fechas, creo que más por lo que me dice. Aquí está pues lo que te prometí que agregaría. Besos! phj

De vuelta en México, un mes ya ha pasado, ayer, antes, hoy, ¿y luego?
Lyon está tan lejos, 10 horas en avión son mucho más que eso.
Amigos dispersos por el mundo, conocidos que bien sé nunca más veré. El Atlántico, las fronteras, este mundo... ¿y el otro? ¿Dónde está nuestro espacio donde estábamos a salvo de todo lo demás?¿Dónde estamos nosotros?
Ahora impera el redefinirse, no se es lo que se era antes, ni lo que se fue en versión francesa. Hoy se es, ¿qué somos? Ni siquiera quien lo representa lo sabe, así estamos todos.
Tan lejos, tan cerca, opuestos a lo antes dicho, a lo antes vivido, a lo antes creido.
Hoy se es y siendo se intenta averiguar lo que serlo significa. Eso pasa y punto.

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.