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The man who sold the world

El hombre que vendió el mundo
no dio tiempo a que las llamas le iluminasen,
no esperó la llegada de primavera,
se refugió en las flores del mal de poetas malditos,
virtió versos sobre copas de alcohol.

El hombre que vendió el mundo
se embriagó de desconfianza,
se dejó comer por los lobos,
se apostó el azar con el destino
y puso fecha de caducidad a la vida

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Joder, tío. Qué poema, qué verdad dices. Porque todos una vez fuimos el hombre que vendió el mundo. Me rindo a tus pies y pido clemencia. ¿Me lo prestas para la Bitácora?
Unknown ha dicho que…
Por supuesto que te lo presto, un abrazo

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