Ir al contenido principal

Libro

Vienes del latín,
los romanos te llamaban entonces "líber",
la parte interior de la corteza de los árboles,
el nacimiento de su escritura.

Llegó después Johannes Gutenberg.
Y con él, la imprenta, la Época Moderna.
1454.
Un año antes los turcos habían tomado Constantinopla.

Johannes, editor. Johannes, papel.
El primer libro impreso de la historia. ¿Te pertenece?
¿Nos pertenece?

La criatura fue una Biblia.
1282 páginas:
la Biblia mazarina.

Pero antes de la imprenta, hubo manos.
2000 años antes.

Hojas de palmera,
tablas de madera pulida,
corteza de árboles,
hojas de seda.
Corea.
Y China.

La Historia manuscrita.

Pasaron siglos y supieron de la arcilla.
Asiria y Caldea.

Pergaminos con piel de carnero.
Roma de vuelta. El más hermoso sentimiento.

¿Por qué no doblar los pergaminos en hojas,
cortarlas y coserlas en cuadernos?
-se preguntaron en la época de César Augusto-

Así dicen que naciste.

Feliz Día del Libro. Para celebrarlo desde este blog marino y literario, un libro que habla del mar, "Océano Mar", de Baricco, en la voz de una sirena.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.