Ir al contenido principal

Denuncias temporales (o incertidumbres sin límites de tiempo)



El futuro ha denunciado al presente
por acoso y violación de la intimidad.

El juez le ha dado la razón al futuro.

Y el presente
comparte ahora celda con su pasado,
mientras espera
una sentencia favorable
con respecto a su futuro.

Comentarios

Oriol ha dicho que…
Sin la coerción de la prisión preventiva, el presente debería huir en busca de un nuevo futuro dejando a un lado sentencias precocinadas.
Cuentista ha dicho que…
genial paradoja.
QuietBrown ha dicho que…
Te descubrí gracias a periodismohumano y la noticia sobre la poesía en Córdoba... Estás ya en mis Favoritos y no decepcionas,

¡saludos madrileños!
QuietBrown ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown ha dicho que…
Oriol, sentencia precocinada es comida de microondas. Es cierto, hay presentes que es preciso dejar a un lado.

Réquiem...sí, una curiosa paradoja. Y este es un juicio lento...veremos cuándo se resuelve.

Me alegra descubrirte a ti también QuietBrown. Espero seguir siendo socio de las "antidecepciones".

Abrazos a todos
ro ha dicho que…
pienso seguir castigando a mi futuro con resacas de vino y ron hasta que se decida. cada uno tiene sus armas, y las mías están llenas de conversaciones con barbudos enternecedores que afianzan mis pilares alrededor de un vino, un café o un cigarro. y después de tantas, he visto la luz...
he decidido amenazarlo contra una pared, saltarme todos sus derechos y hacerle confesar. que luego invoque el habeas corpus o me denuncie ante el tribunal de ddhh...pero eso sí, y sabéis lo convincente que puedo resultar a veces...antes de dejarle ir a llorar a una esquina, mi futuro va a prometerme que a partir de ahora aquí se hará lo que yo diga. he dicho
Unknown ha dicho que…
Chapeau, Ro.

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.