Ir al contenido principal

Frágil



Sí, como un cristal rodeado
de niños jugando a la pelota.
Sí, como una ciudad
de casas de barro.
Sí, como las hojas de un libro
empapadas por la lluvia.
Sí, como el otoño
que se ahoga en el invierno.
Así eres tú.

Comentarios

Kanaima ha dicho que…
quién es tú?
Unknown ha dicho que…
Eso digo yo. ¿Quién es? Habrá que preguntarle a Ulises.
Sabela ha dicho que…
me encanta. breve y contundente.
y no es que los otros no me gusten, es que hacía mucho que no me prodigaba por aquí.
un saludo, compañero.

sabela
Unknown ha dicho que…
Qué alegría galleguiña! ¿Cómo te va todo? Yo estoy de vuelta en Madrid desde Junio. Un beso de orilla a orilla.
Sabela ha dicho que…
:)
Pues me va todo estupendamente, por Vigo, encantada, trabajando en la universidad. Tú? Te ha acogido el mundo de la edición? Besiños!

Entradas populares de este blog

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Facebook

Veo en un pequeño recuadro que ahora eres amiga de Brian y Marcella y que a las nueve de este otoño irás a beber melancolía de once grados con Luis. Descubro que te gusta pisar los charcos cuando llueve y que detestas los inviernos en abril. Aunque ya no hablo contigo, conozco tu ciudad actual y recuerdo cuál fue tu origen, que cumples años en diciembre y te gusta prender fuego al calendario si te arrastra la nostalgia en primavera. Últimamente has viajado a Lisboa, intuyo que te mecen los tranvías y te seducen los viejos cafés color sepia. Lo sé por tu fotografía en aquella calle de Bruselas, donde Magritte fumaba en pipa dorada. Sueles cambiar de cara a menudo, me divierten tus gafas de sol en noviembre y disfruto con tu colección de sonrisas o el último vestido azul que guardas en tu perfil. Vuelves a estar soltera, aunque te acompañan ciento veinte comentarios por debajo dándote ánimos y diciendo que él era un idiota. Aún tiritas cuando alguien te habla del pasado. Por eso has borr...

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.