Ir al contenido principal

La playa de Son de mar quedó cubierta de aerolitos, que un día desenterré de la arena

Un aerolito es literalmente, "piedra aérea", un cuerpo celeste de naturaleza pétrea que penetra en la atmósfera y es recuperado sobre la superficie terrestre.Los aerolitos son trozos de cometas desintegrados qu esconden breves mensajes para desconocidos destinatarios. Desde no se sabe qué lugar del espacio y en una de las muchas playas en que suele naufragar Ulises, llegaron varios aerolitos que quedaron sepultados bajo la arena sin que nadie los descubriese. Sin embargo, tras una tormenta de verano, algunos de ellos quedaron esparcidos cerca de una orilla. Ulises los encontró y decidió guardarlos para Martina. Algunos decían así:

No hay suficientes banderas para representarte.

La canción se ha quedado sin melodía.

Sólo te escucho cuando no abres la boca.

Si te encuentro, yo me pierdo.

Si la memoria me falla, puedo acordarme de mí.

El ciego dejó de ver cuando encendieron la luz.

Cuando el burro empezó a mentir, nació el aburrimiento.

Sugerir es desnudarse con discreción.

Tu silueta no se difumina entre sombras.

Amar en una orilla.

El olvido engañó al recuerdo al cabo de los años.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Qué pasa, marinero en tierra?
Qué pronto dejaste de buscar tu atún...
Anónimo ha dicho que…
Aerolitos grandes, tío (¿son los del taller joven?). A ver si tengo tiempo y me apunto a tu recolección de aerolitos en la orilla. Un abrazo.
Unknown ha dicho que…
Sí que son los del taller de poesía joven, te puedes identificar que no caigo ahora mismo en quien eres. Un abrazo fuerte de todas formas
Anónimo ha dicho que…
Soy el Borja. Salut (y viva la france).

Entradas populares de este blog

Muñoz Molina y mi colección de muñecos de goma

El otro día le dieron el Premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Hoy descubierto su autorretrato , que es emocionante, sencillo y hermoso. Muñoz Molina es de Úbeda, un andaluz de Jaén. Al leerlo, me ha parecido escuchar de nuevo historias de mi padre, vivencias de mi abuelo Alfonso y de otros miembros de mi familia, que son de allí o de otros pueblos de Jaén. Vivencias que son mías también. Mi relación literaria con Muñoz Molina empieza un invierno en Lisboa. Me abrigué mucho con sus páginas. Luego me he puesto su ropa otras veces. Sea invierno o sea verano, en columnas o en novelas. Mi padre siempre me ha hablado de él con admiración y con cariño. Recuerdo una vez, cuando chico, que nos lo encontramos en Úbeda en los soportales donde vendían los muñecos de goma que tanto me gustaba coleccionar. Eso me ha traído otros recuerdos. En mi trastero de Córdoba, ciudad donde nací y me crié, viven ahora todos los muñecos de mi infancia: Astérix, Espinete, S...

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.