Ir al contenido principal

Minimundos

Esta nueva sección es un viaje alrededor del mundo sin moverte de tu asiento. Cierra fuerte los ojos e imagina que estás inmerso en una de estas situaciones. Algunas veces es algo alegre; otras la tristeza nos embriaga. Como la vida misma

MINIMUNDO ENTRE JALISCO

No sé sabe como, acabé deambulando a altas horas de la madrugada por la peligrosa capital mejicana. Méjico DF era un laberinto lleno de callejones sin salida para mí aquella noche. Recorría las calles en zig-zag, me parecía ir encima de una serpiente que repta sin rumbo. La oscuridad era la única vía de escape en aquel 15 de octubre de 1987. Aturdido por el devenir de los acontecimientos busqué con ansiedad un lugar donde refugiarme y embriagarme para olvidar lo que no cesaba de recordar. Entonces, una música de fondo me indicó que ese era el sitio que yo necesitaba. Me acosté en la barra del sucio bar mientras una panda de mariachis cantaba a la luna (no llena, siempre vacía) una ranchera. Intensa presión la que sentía por lo que encontré a una amante inesperada: la bebida. Innumerables chupitos de tequila borraron el desamor de un corazón, que para el día siguiente ya estaba hueco y sin dueño.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Facebook

Veo en un pequeño recuadro que ahora eres amiga de Brian y Marcella y que a las nueve de este otoño irás a beber melancolía de once grados con Luis. Descubro que te gusta pisar los charcos cuando llueve y que detestas los inviernos en abril. Aunque ya no hablo contigo, conozco tu ciudad actual y recuerdo cuál fue tu origen, que cumples años en diciembre y te gusta prender fuego al calendario si te arrastra la nostalgia en primavera. Últimamente has viajado a Lisboa, intuyo que te mecen los tranvías y te seducen los viejos cafés color sepia. Lo sé por tu fotografía en aquella calle de Bruselas, donde Magritte fumaba en pipa dorada. Sueles cambiar de cara a menudo, me divierten tus gafas de sol en noviembre y disfruto con tu colección de sonrisas o el último vestido azul que guardas en tu perfil. Vuelves a estar soltera, aunque te acompañan ciento veinte comentarios por debajo dándote ánimos y diciendo que él era un idiota. Aún tiritas cuando alguien te habla del pasado. Por eso has borr...

Una historia-estufa (invierno en Madrid)

Me apetece contarte una historia que te abrigue este invierno. Una historia-estufa que te arrope en una oscura tarde de diciembre en Tribunal o en un frío amanecer de enero en Noviciado. Quiero escribirte una historia con mis guantes y bufandas cobijándote del frío mientras esperas el autobús de vuelta a casa en Atocha. Podría quizás susurrarte una historia de osos, que hibernan en cuevas secretas, ajenas a los túneles del metro de Bambú. Me apetece soplarte (vapor, vapor) si tus dedos se congelan esperando al semáforo en verde en Gran Vía. Me apetece contártelas, pero no sé por dónde empezar. Mientras lo pienso, escucho al termómetro estornudar por la llegada de los números pequeños en la próxima estación.