Ir al contenido principal

Yo la vi (Micropoemas del Japón)



Era invierno.
Ellas paseaban,
entre tímidas sonrisas,
por aquel templo cercano
al bosque de bambú.
La paz existe.
Yo la vi.

Kyoto, febrero de 2014.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trece febreros y dos días

Han pasado trece febreros. Trece febreros y dos días. El invierno era entonces distinto. Más largo, más frío. Yo era un joven de secano que buscaba mensajes en el mar. Hoy, trece febreros y dos días después sé que no hay guaridas para náufragos y que no hay náufrago que no busque, alguna vez, una guarida.

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Instantánea nocturno-sonora de verano en Katmandú

Los aviones vuelan por la noche en Katmandú como si volaran más cerca todavía de lo que vuelan. Los cláxones suenan por la noche en Katmandú Como si sonaran más cerca todavía de lo que suenan. Los perros ladran por la noche en Katmandú como si ladraran más cerca todavía de lo que ladran. Las ranas croan por la noche en Katmandú como si croaran más cerca todavía de lo que croan. Los grillos grillan por la noche en Katmandú como si grillaran más cerca todavía de lo que grillan. La lluvia cae por la noche en Katmandú como si cayera más cerca todavía de lo que cae.