En el laberinto de los álamos,
en las entrañas de una adivinanza,
entre las sábanas de unos versos
mal arropados por el invierno
en la cima de una obsesión,
en lo más profundo de un recuerdo,
en Kamchatka,
sensible -como tú-
a los temblores.
Allí y en otros mapas mudos
buscarás lo que te escribí
cuando tú ya no estabas.
La guarida de los náufragos ©