El domingo tirita
cuando se hace de noche
y sabe que su tiempo aquí se acaba.
Bicicletas de invierno
reclaman su condición de juguete de verano
y las manos en el manillar
suplican guantes a Dios.
La lluvia
se presenta en la escena
sin tarjeta de invitación.
La dejan pasar
a pesar de eso.
No hay manual para calles mojadas
cansadas de asfalto
ni instrucciones para sortear
charcos.
Pedales y frenos.
Luces.
Intermitentes.
Algún día el viento
te dirá algo.
cuando se hace de noche
y sabe que su tiempo aquí se acaba.
Bicicletas de invierno
reclaman su condición de juguete de verano
y las manos en el manillar
suplican guantes a Dios.
La lluvia
se presenta en la escena
sin tarjeta de invitación.
La dejan pasar
a pesar de eso.
No hay manual para calles mojadas
cansadas de asfalto
ni instrucciones para sortear
charcos.
Pedales y frenos.
Luces.
Intermitentes.
Algún día el viento
te dirá algo.
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