Ir al contenido principal

Poemas para un "des"mayo

I.

El roce hace el cariño
y también la herida

II. Botiquín de segundos auxilios

Ahora que se han despegado las tiritas,
que caducó el bote de mercromina
y que el agua ha dejado de estar oxigenada,
vuelve -si eres tú-
o aparece -si eres otra-
porque nada decía el prospecto
sobre los efectos secundarios
de tu ausencia.

Comentarios

Miguel Cobo ha dicho que…
Ahora que lo dices, ¿por qué solo nos ofrecen botiquines y manuales de primeros auxilios?

Al final siempre terminamos lamiéndonos las heridas.

Abrazo con botiquín de terceros, cuartos... y penúltimos auxilios.
QuietBrown ha dicho que…
Me lo llevo para compartirlo de nuevo, Alfonso... Muy bueno, sobre todo el roce =)
Irene Bebop ha dicho que…
Como los erizos, que cuanto más se abrazan, más se clavan las espinas... El dilema del erizo de Schopenhauer.
(Me creo muy culta, citando a Schopenhauer :P)
También es el dicho aquel de "quien bien te quiere te hará llorar".

Un beso :)
Unknown ha dicho que…
Cernuda hace referencia a este dilema en las palabras iniciales de "Donde habite el olvido": Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.

Un abrazo fuerte, lector@s.
galapaguin ha dicho que…
frotarasme cuando arde, rozaraste cuando tirito

buena ola cargada de túnidos
Kanaima ha dicho que…
Soberbio. Hace que las palabras curen y escuezan al mismo tiempo.
Unknown ha dicho que…
Agradezco siempre vuestras palabras. Me emborracho con ellas y la resaca es dulce.

Buenos amigos, buenos. Si me dices soberbio, yo acabo "so"ebrio de alegría.

Entradas populares de este blog

Trece febreros y dos días

Han pasado trece febreros. Trece febreros y dos días. El invierno era entonces distinto. Más largo, más frío. Yo era un joven de secano que buscaba mensajes en el mar. Hoy, trece febreros y dos días después sé que no hay guaridas para náufragos y que no hay náufrago que no busque, alguna vez, una guarida.

El poeta puede

El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.

Instantánea nocturno-sonora de verano en Katmandú

Los aviones vuelan por la noche en Katmandú como si volaran más cerca todavía de lo que vuelan. Los cláxones suenan por la noche en Katmandú Como si sonaran más cerca todavía de lo que suenan. Los perros ladran por la noche en Katmandú como si ladraran más cerca todavía de lo que ladran. Las ranas croan por la noche en Katmandú como si croaran más cerca todavía de lo que croan. Los grillos grillan por la noche en Katmandú como si grillaran más cerca todavía de lo que grillan. La lluvia cae por la noche en Katmandú como si cayera más cerca todavía de lo que cae.