El poeta puede ver el beso medio lleno o medio vacío El poeta lima El poeta lame El poeta no tiene lema El poeta le busca todas las vueltas a Roma rema que te rema rima que te rima de ramo en ramo El poeta puede volar por los aires y estrellarse en el cielo. Acaso entonces se da cuenta: su poema ha llegado a su ocaso.
Han pasado trece febreros. Trece febreros y dos días. El invierno era entonces distinto. Más largo, más frío. Yo era un joven de secano que buscaba mensajes en el mar. Hoy, trece febreros y dos días después sé que no hay guaridas para náufragos y que no hay náufrago que no busque, alguna vez, una guarida.